martes, 1 de noviembre de 2011

El pufo como forma de vida

-Por SRG, Madrid, 1/11/MMXI

Desde mi banda...

     
     Hoy, hace unas horas tan solo, ha sucedido algo inusual, que ha dado pie a una situación curiosa: he visto a S.S.A.A. los Príncipes de Asturias. Ha sucedido en un cine de la Capital, no diré su nombre por la propia seguridad de sus altezas y sus escoltas, imaginense, estoy esperando a dos amigos y de repente aparecen abrazados con paso ligero Felipe y Leticia seguidos de tres guardianes de incógnito y otros tantos que se apostan en los accesos al inmueble.

     Pues bien, lo curioso ha sido despues: claro, yo extasiado cual maruja de rulos y chándal he tenido que difundirlo, presumir de lo que mis ojos habían visto en el UGC Cinecité Manoteras, mi día ya no era una mierda porque había visto al hijo del Rey y tenía que contarlo, es decir, he puesto un par de "Whatsapp", cuyas respuestas han sido lógicas, "pufo del grande!!! queremos fotos", decía mi querido amigo Mario (devuelveme las cuentas del blog, voy a por tí). Además en eso han llegado mis amigos Perry y Alvarito, que lo primero que han hecho ha sido preguntarme por la escolta, y yo les he mostrado a los que tenía localizados. Después hemos fantaseado un rato, "¿te imaginas que nos encontramos a Felipe meando? ¿qué le dirías?"... Correcto (y esto es lo curioso), ¿no podían haber sido tres padres-novios-maridos esperando a sus respectivas señoras?. Si lo piensan fríamente, lo único que lo diferencia de un gran pufo, uno de esos en los que hilas fino una historia con sentido y cordura, es que no era pufo, era verdad, pero yo podía haber urdido ese plan en mis cinco minutos de espera a mis amigos, podría haber pensado "voy a decir que he visto a los Príncipes, sutil, sin reirme, reforzaré señalando a esos tres...". Tiene lógica, ¿no creen?. Pues bien, mis amigos se han ido pensando (o al menos diciendo) que era todo una burda mentira. Y ha sido ahí, en ese preciso instante cuando lo he comprendido todo, y esta es la moraleja de la historia: el buen pufo, el de verdad, es el que tú mismo te crees, la mentira sincera, el total control de tus emociones, de tus expresiones, no es tan necesario anticipar la reacción de terceras personas como el saber reaccionar tú ante las suyas, y eso sólo se consigue creyendo la mentira.

     A esta conclusión, supongo, llegaron mucho antes que yo, pufistas tan ilustres como Mario Gómez o nuestro querido Ino, heredero del "killer".

     Permitanme, para finalizar, una pregunta: ¿creen ustedes que hoy he visto a Felipe y Leticia?.


     Nada más, pasen buena noche, siempre Afilados.

2 comentarios:

  1. Es cierto !? Yo creo que es pufo.. si es verdad, iban con Leonor y Sofía ???

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  2. No, salvo que Leonor y Sofía midan 2 metros y prefieran quedarse en la puerta a entrar al Cine con sus padres.

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